Los estudiosos del tema le llaman “momentos liminales”. El término proviene del latín limen, que literalmente significa umbral. Los momentos liminales son momentos de transición, en concreto el momento en el que nos damos cuenta de que las cosas como eran ya pasaron, pero que aún no está claro como serán.
Las experiencias liminales implican una separación prolongada de las formas normales de ser y hacer. Representan una ruptura con lo familiar, pero no lo reemplazan por completo. Más bien, son al mismo tiempo inquietantemente diferentes y confusamente similares. Y cuando llegan a su fin, dejan a aquellos que han sobrevivido cambiados para siempre. Una experiencia liminal la tuvimos durante la pandemia.
Una vez que todos salimos de ese período, la mayoría de nosotros pensamos que habíamos superado el mayor desafío de la década. Pero desde entonces, hemos vivido muchos otros desafíos profundos a nuestras expectativas sobre la forma y la naturaleza de nuestras vidas: una crisis energética, guerras en Europa y Oriente Medio, situaciones políticas sin precedentes, fenómenos meteorológicos extremos, ansiedad por el cambio climático. Incluso a nivel organizacional, la forma en que trabajamos juntos se ha visto cuestionada por el trabajo híbrido y el impacto anticipado de la IA generativa.
Todos estos desafíos han hecho que muchos de nosotros nos sintamos inquietos o ansiosos. ¿Qué nos ocurre cuando nos están moviendo el piso? y ¿Qué pasa si el terreno no deja de moverse y no volveremos a tener una “nueva normalidad aceptable”?
De la misma manera en la que usted se siente, así mismo se encuentran muchos líderes en nuestra era actual de incertidumbre y liminalidad. El punto es que nosotros pensamos que los líderes saben qué hacer al respecto y la realidad es que la mayoría simplemente no lo sabe.
Entonces, en momentos como los que estamos viviendo nos toca hacernos las preguntas que al menos nos ayuden a marcar el camino. Como líder, ¿qué puede hacer para ayudar a sus colegas que están pasando por momentos limítrofes? y ¿qué puedes hacer tú para ayudarte? Un buen punto de partida podría ser con tres preguntas básicas pero muy importantes: 1. ¿Qué es lo más valioso que tienes en tu vida? Períodos como los que estamos viviendo son una oportunidad para reconocer y reafirmar tus valores, de hecho te ayudan a conocerte mucho más e incluso a descubrir habilidades o cualidades que ni siquiera eras consciente de que tenías. Experiencia como éstas te dan la oportunidad de cuestionar si es ésto lo que quieres para tu vida, sobre cómo es y debería ser el mundo y preguntarte si eso que pensabas todavía te sirve.
2. ¿En qué punto nos encontramos? Para algunos líderes, especialmente aquellos que tienen una tendencia a la acción, la introspección puede parecer sospechosamente como mirarse el ombligo. Pero la introspección y la reflexión son vitales para los líderes en tiempos liminales, difíciles, de transición o de cambios. Los colegas buscarán que usted les brinde tranquilidad y claridad, un trabajo que puede ser particularmente desafiante si las opiniones dentro de su organización están polarizadas. Por eso, los líderes deben mirar hacia adentro y descubrir qué representan ellos y su organización. Sólo entonces tendrán suficiente confianza y claridad sobre su propósito para ayudar a sus colegas a identificar puntos en común y negociar juntos el período liminal. 3. ¿Cómo Avanzamos? Las personas tienden a adaptarse a la liminalidad prolongada retirándose a la impotencia o cayendo en el cinismo. Pero esa es una tendencia contra la que los líderes deben luchar, porque quedarse “atascado” en una experiencia liminal no sirve a nadie. Aunque a menudo son inquietantes, estas experiencias también representan una oportunidad para experimentar y desafiar suposiciones que ya no nos sirven; en tiempos liminales, generalmente uno tiene más capacidad de acción de la que cree. Como líder, en esos períodos, su función debe ser proporcionar a sus colegas barreras de seguridad a las que aferrarse mientras desarrollan confianza en sí mismos y seguridad sobre el futuro. REAFÍRMATE EN EL PROPÓSITO DE TU EMPRESA Cuando parece que todo está cambiando, es útil centrarse en las cosas que siguen igual, las que necesitan nuestra atención y las que podemos marcar una diferencia tangible. Puedes empezar con estas tres acciones. HAZ UN BALANCE Es fácil distraerse por el desafiante contexto económico, social y geopolítico en el que operan actualmente las organizaciones. Pero también utiliza estos tiempos para concentrarte en dónde estás exactamente en este momento y a dónde quieres llegar. ¿Cómo se puede reafirmar el propósito central de su (y de todas) las organizaciones, que es brindar un servicio o producto que sea valorado por sus clientes y brindar un entorno al que las personas quieran pertenecer? El desafío del liderazgo parece un poco más sencillo si te mantienes concentrado en esos objetivos y animas a las personas con las que trabajas a hacer lo mismo. FORTALECE LOS OBJETIVOS QUE LOS UNEN Las organizaciones existen para reunir a personas con diferentes conocimientos y habilidades, para llevar a cabo actividades que no se pueden lograr actuando por sí solas. Aprendamos a colaborar con colegas que quizás no nos gusten o que incluso no respetemos especialmente porque necesitamos su ayuda para realizar el trabajo. Cuando se dirige una organización a través de tiempos liminales, las expresiones de diferencia personal pueden fácilmente parecer defensivas. Vale la pena recordar que algunas diferencias contribuyen a que un trabajo se haga bien. Mantener conexiones organizacionales alimenta una sensación de capacidad colectiva, un ancla importante cuando sentimos una falta de agencia en otras áreas de nuestras vidas. MANTENTE FIRME Y MANTENTE FIEL “Agárrate fuerte” es lo que los marineros solían decirse unos a otros durante una tormenta; en otras palabras, agárrate a algo seguro para evitar ser arrastrado por la borda. “Manténgase fiel”, por su parte, fue una instrucción para el marinero al timón, quien debía observar atentamente la brújula para evitar perder el rumbo. Ambas expresiones son útiles como metáforas en nuestro momento actual: los líderes en estos tiempos difíciles deben asegurarse de que ellos y sus colegas se mantengan firmes, y ellos mismos deben mantenerse fieles a su rumbo. No sólo eso, deben recordar lo que todo marinero sabe: que todas las tormentas finalmente amainan y que la clave para capearlas con éxito tiene mucho que ver con la preparación y el buen juicio. Vale la pena recordar cómo era el mundo en 2020, cuando de repente nos enfrentamos a la pandemia y cuando nos sorprendimos con nuestro ingenio y resiliencia. Nuestras organizaciones se adaptaron rápida y eficazmente a desafíos que sólo unos meses antes habrían sido inimaginables. Muchos de los cambios que se nos impusieron durante ese período son ahora parte de nuestro sentido colectivo de cómo hacer las cosas. Los hemos hecho nuestros. Ése es un motivo de esperanza. Sabiendo que sobrevivimos al desafío colectivo de la pandemia, podemos y debemos sentirnos seguros de que superaremos los nuevos desafíos que enfrentamos. La clave es reconocer que más allá de la ansiedad y la confusión inmediatas, las experiencias liminales pueden ser invitaciones a reflexionar, extender la mano y reorientarse, no simplemente a sentirse perdido en el mar. Fuente: Harvard Business Review
LE
Laura Empson is the Professor in the Management of Professional Service Firms at Bayes Business School, London, and a professor of leadership and organizations at Copenhagen Business School. She also holds research fellowships at Harvard Law School and the University of Cambridge. For more about her, see her website.
JG
Jennifer Howard-Grenville is the Diageo Professor of Organization Studies at the Cambridge Judge Business School, where she focuses her research and teaching on business sustainability and the future of work. For more information, see her website.