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Líder Tóxico

29/07/2024

Esta semana me quiero enfocar en el líder tóxico porque esa también es una realidad que nos aqueja. En la actualidad, el entorno empresarial se caracteriza por una competencia feroz y una presión constante por alcanzar resultados. En este contexto, los líderes tóxicos pueden surgir a menudo impulsados por su propio afán de éxito y reconocimiento personal. Estos líderes se caracterizan por su comportamiento destructivo y poco ético, que puede ir desde la intimidación y el abuso verbal hasta la falta de empatía y la manipulación de los miembros del equipo.

Es esencial que los líderes y los miembros de la organización reconozcan los signos de un líder tóxico y comprendan las consecuencias que esto puede tener en el ambiente laboral. La presencia de un líder tóxico puede generar un clima de desconfianza, tensión y miedo, lo cual inhibe la colaboración y la creatividad, y disminuye la productividad y la moral de los empleados.

Antes de analizar lo concerniente al liderazgo tóxico y todo lo que este abarca, es necesario recordar que liderazgo es influencia, es tener la capacidad de influir en otros para que trabajen con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común. De acuerdo con las definiciones de liderazgo, queda en evidencia el poder que tiene un líder asertivo o tóxico en la gestión de su equipo de trabajo y en la influencia, ya sea positiva o negativa; que puede ejercer sobre ellos.

Si bien no hay una definición específica sobre qué es el liderazgo tóxico, Para Kotter (2001), el liderazgo tóxico se entiende como las prácticas gerenciales violentas que ocurren en todo el mundo en las cuales la mujer y los hombres son el blanco de una violencia despiadada. Concepto que, si lo aplicamos  al ámbito laboral, se puede entender como aquellas acciones contraproducentes que disminuyen el bienestar de los colaboradores, su participación, socava la preparación y capacidad de la organización para lograr la misión a largo plazo; enfocándose únicamente en lograr una fuerza laboral que sea más fácilmente explotable.

Todos los líderes son susceptibles de mostrar comportamientos de liderazgo contraproducentes en momentos de estrés, un ritmo operativo elevado u otras condiciones caóticas para lograr resultados a corto plazo. Para Cubeiro y Gallardo (2008 ), un líder tóxico es realmente nocivo para la salud mental y física; el liderazgo contraproducente o tóxico puede tener un efecto adverso en la organización con resultados en cascada, como la disminución del ánimo, el compromiso, la cohesión, la eficacia, la preparación y la productividad.

Los comportamientos de liderazgo contraproducentes impiden establecer un clima organizacional positivo e interfieren con el cumplimiento de la misión, especialmente en entornos operativos altamente complejos. El liderazgo contraproducente también puede disminuir el desempeño de las tareas, el bienestar físico y psicológico, y aumentar los resultados negativos como la depresión o el agotamiento.

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Fuente: (Universitat Politècnica de Catalunya, 2018).

Los lideres tóxicos pueden generar que la organización sea tóxica, lo cual puede desencadenar un daño psicológico a los colaboradores. Mónica Ferrado en su artículo Jefes Tóxicos (2008) expresa que la OMS (Organización Mundial de la Salud) en diversas investigaciones ha mencionado que la primera causa de baja laboral va a ser por factores psicológicos y va a estar relacionada con el estrés. Los jefes tóxicos sofocan la creatividad y la toma de decisiones de una persona, se apropian de las ideas de otras personas y niegan sus méritos, generando una inestabilidad emocional e incapacidad de los empleados para controlar la situación e incertidumbre. (Piñuel, 2004)

Un jefe tóxico frustra la naturaleza del ser humano de crear y decidir, se apropia de las ideas de los demás y no reconoce sus méritos. Surge una tensión laboral por la falta de apoyo social y emocional ante la impotencia del empleado de controlar la situación y la incertidumbre.

Y cómo combatimos un liderazgo tóxico? Es vital que se replantee el modo en el que se dirige cada compañía y más aún cuáles serán los líderes que estarán a cargo del desempeño de las tareas del resto del personal. Tener claro cómo no ser un líder tóxico facilitará un buen rendimiento, productividad y desarrollo profesional en el sitio de trabajo; es el eje fundamental para el logro de objetivos.

En algunos casos, el mal comportamiento de los gerentes persiste inevitablemente en el tiempo, ya sea porque hay una falta de retroalimentación de los empleados, porque no expresan sus quejas o porque la cultura de la organización o la alta dirección lo respalda.

También existen algunas soluciones como por ejemplo:

1. Evaluar A Los Líderes. Cuando en una empresa se manifiesta el liderazgo tóxico las personas encargadas de este personal deben hacer una revisión estratégica de los comportamientos y actitudes para investigar y llegar al punto donde convergen los líderes que están creando un ambiente incómodo y negativo en la organización. Se debe formar una base de líderes que tengan como principal característica el respeto, ya que, sin importar su posición de poder, el mismo siempre debe permanecer. Si un líder rebasa los límites de otro colaborador, estará proyectando una imagen contraria a los valores de la empresa y, además, ocasionará desmotivación y rechazo.

2. Fortalecer La Cultura Empresarial. Para consolidar un equipo inclusivo todos deben manejar el mismo lenguaje. Por ello, lo primero que se debe dejar claro para evitar la propagación de un liderazgo tóxico son los valores y acciones que representan a la empresa y esto sólo es posible a través de una cultura empresarial sólida y con objetivos previamente definidos y presentados.

3. Promover El Diálogo y La Comunicación. El equipo de trabajo debe estar en línea con los objetivos trazados, lo cual hace que la comunicación sea un conducto vital para el correcto funcionamiento de la empresa. Por ejemplo, si un equipo líder tiene claras las «reglas del juego» les será más fácil resolver las dudas del resto de los colaboradores. De hecho, una de las formas más comunes para detener un liderazgo tóxico en una empresa es que exista la retroalimentación con comentarios constructivos con todas las personas pertenecientes a la organización.

En conclusión: El liderazgo tóxico representa un obstáculo significativo para el éxito y el bienestar tanto de los empleados como de las organizaciones en su conjunto. Este tipo de liderazgo ya sea en su forma pasiva o activa, genera consecuencias negativas que afectan profundamente el ambiente laboral y los resultados empresariales.

Las organizaciones deben esforzarse por construir un liderazgo ejemplar, que inspire y motive a los empleados, y que trabaje de la mano con ellos para alcanzar metas significativas y sostenibles. Al priorizar el desarrollo del talento humano y crear un clima laboral positivo, las empresas pueden alcanzar su máximo potencial y asegurar un futuro próspero y exitoso.

En última instancia, el liderazgo tóxico no tiene cabida en el mundo empresarial actual. Sólo a través de líderes comprometidos con el bienestar de sus colaboradores y la visión compartida de la organización, podremos construir empresas sólidas, saludables y con un impacto positivo en la sociedad. Es hora de dejar atrás el liderazgo tóxico y abrir paso a un enfoque de liderazgo responsable, inspirador y orientado hacia el éxito colectivo.