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¿ La Ia Va a Reemplazar a La Inteligencia Emocional?

12/08/2024

NO, al contrario; en la era de la inteligencia artificial, IA, la inteligencia emocional adquirirá mucho más valor porque “la inteligencia artificial necesita de un ser humano en el sistema, algo de sentido común”. “Siempre podrás confiar en la IA para algunas cosas, siempre querrás que un líder sea una persona, creo en la interacción personal”.  Así lo expresó Daniel Goleman en la entrevista que le hacia Oppenheimer sobre el último libro que publicó junto a Cary Cherniss llamado ÓPTIMO: Rendimiento, Empatía e Inteligencia Emocional.

Para Daniel Goleman, la inteligencial emocional es incluso más importante que el  coeficiente intelectual o la rapidez mental o la IA, porque el coeficiente intelectual es tu capacidad mental, tu capacidad para aprender cosas rápidamente. Es muy importante  durante tus años escolares, pero más tarde en la vida, en tu trabajo, en tu carrera, la inteligencia emocional es más importante aún.

Una razón es que si tienes un título universitario avanzado, es probable que todas las personas con las que trabajas también tengan un título universitario; son tan inteligentes como tú. Sin embargo, la inteligencia emocional tiene que ver con cómo te manejas a ti mismo, cómo manejas tus relaciones. Eso resulta ser un indicador mucho más poderoso de si vas a ser ascendido en el trabajo, si vas a ser un miembro importante de un equipo,  o si vas a ser un líder.

Para Goleman, la inteligencia emocional es la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones.  La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará mayores posibilidades de

seguir avanzando hacia nuestros objetivos.

Existe una buena razón por la que la inteligencia emocional probablemente seguirá siendo un activo crucial para los directivos y las organizaciones en general: a medida que la automatización y los chatbots hacen que cada vez más trabajos sean realizados por robots e IA, el trabajo humano se intensificará en tareas de alto nivel como el diseño y la creatividad; aún cuando el trabajo rutinario en campos como la ingeniería, gravite hacia los asistentes no humanos. Si todas las empresas cuentan más o menos con las mismas tecnologías y competencias, las diferencias entre ellas serán mayores en la forma en que traten a sus empleados.

Como apunta una encuesta mundial de Conference Board, «aunque la automatización se infiltra cada vez más en el lugar de trabajo, los equipos siguen estando formados por personas y el reconocimiento del “toque humano” es más necesario que nunca».

La inteligencia emocional se compone de cuatro partes:

  • Autoconsciencia: Implica entender lo que sientes y por qué?
  • Autocontrol: Es saber gestionarte a ti mismo y motivarte, seguir tus metas, superar los obstáculos y saber manejar el estrés.
  • Conciencia social y empatía. Nuestra capacidad para leer indicaciones sociales para comunicarnos y hacer elecciones.
  • Habilidades sociales.Conjunto de conductas que nos permiten interactuar y relacionarnos con los demás de manera efectiva y satisfactoria.

La buena noticia es que podemos trabajar en la inteligencia emocional, no así en el coeficiente intelectual que no va a variar mucho a lo largo de los años. Lo importante es que te comprometas a mejorar en esa habilidad con la que todos nacemos, pero pocos desarrollamos.

Y cómo se desarrolla la inteligencia emocional según Daniel Goleman? ¿Cómo podemos aplicar los pasos en nuestras vidas?

  1. Determinación, disciplina y conciencia en cada uno de nuestros pasos.
  2. Expresar nuestras emociones.
  3. Ser consciente de cómo nos sentimos tras realizar cualquier acción.
  4. Automotivarte a lograr tus objetivos.
  5. Gestionar nuestras emociones y comportamientos.

Las dos primeras partes de la inteligencia emocional – centrarnos en nosotros mismos para gestionar mejor nuestras emociones conflictivas y promover otras más positivas, como la resiliencia– crean una visión más sosegada, una mentalidad que percibe el potencial positivo de nosotros mismos y de los demás y nos permite seguir avanzando hacia nuestros objetivos.

Cuando nuestro mundo interior tiene ese equilibrio, sintonizamos con empatía con cada persona y, una vez en sintonía, conectamos con ella de la manera más eficaz. Si todo va bien, la otra persona saldrá de la interacción con nosotros en un estado más positivo, que la conducirá a su zona óptima. El fin último es poner el estado óptimo tanto a nuestro alcance como al alcance de todos aquellos con los que nos relacionamos.

Diversos aspectos de la inteligencia emocional vuelven a destacar en diferentes décadas, y sin duda importarán cada vez más en el futuro. Por ejemplo, la adaptabilidad, el talento para responder con agilidad a las demandas cambiantes y la tranquilidad ante la ambigüedad y la incertidumbre, en lugar de, por ejemplo, hacer malabarismos con múltiples tareas, podrían convertirse en el futuro en una de las partes más importantes de la adaptabilidad en el caso de los líderes.

En conclusión: El terremoto laboral que se prevée, impulsado por la llegada de los textos creados por IA, supondrá un cambio drástico en quién lleva a cabo qué tareas. Pero, de igual modo la IA ayudará a otros en lo que ya hacen y creará nuevas posibilidades de empleo. La necesidad de excelencia personal seguirá existiendo y, probablemente, será incluso más valiosa.

También hay cambios en el lugar de trabajo tan fundamentales como las cuestiones de quién viene a trabajar y con qué frecuencia. Un entorno laboral híbrido depende de la comunicación virtual, ya sea mediante correo electrónico o videoconferencia.

Mientras que nuestros cerebros desarrollaron su radar social para las interacciones cara a cara, cada vez prevéemos más reuniones virtuales. Quizá porque la conexión virtual nos ofrece menos canales para percibir los sentimientos de la otra persona, nos volveremos más sensibles a las señales emocionales que nos llegan. Una vez más, la inteligencia emocional añade una capa esencial de eficacia a cualquier capacidad cognitiva que ya tengamos.