Una de las maneras de preparar a la fuerza laboral para las futuras y/o actuales demandas del mercado laboral en el marco de la revolución tecnológica y, en especial, de la adopción de la inteligencia artificial, es priorizar el desarrollo de habilidades y competencias que puedan ser aplicadas, adaptadas y expandidas, según se requiera en el tipo de trabajo, por parte de los trabajadores. Entre dichas habilidades se destacan:
– El pensamiento crítico y la resolución de problemas, para tomar decisiones basadas en datos y evidencias utilizando la información obtenida de la IA. Y así poder cuestionar los resultados y conclusiones de la IA, ya que la IA no siempre es infalible y puede tener sesgos o limitaciones. El trabajador debe ser capaz de cuestionar los resultados para garantizar que se tomen las decisiones correctas y se eviten posibles errores.
– Emprendimiento o intraemprendimiento enfocándolo de que usualmente un emprendedor se especializa en lo que le apasiona y termina convirtiéndose en lo que le llaman “obreros especializados“. El término me encantó. Los emprendedores son personas creativas. Saben trabajar con lo básico y lo convierten en algo grandioso.
– Las habilidades comunicativas para transmitir información de manera comprensible y asegurarse de que todos los miembros del equipo la entiendan. Esto implica utilizar un lenguaje claro y evitar términos técnicos complicados. La comunicación clara y efectiva no sólo evita malentendidos, sino que promueve la colaboración y el trabajo en equipo.
– Trabajo en equipo: La colaboración y el trabajo en equipo permiten aprovechar las fortalezas individuales y fomentar la creatividad y la innovación. Se debe promover un entorno de trabajo colaborativo, donde los miembros del equipo se sientan cómodos compartiendo ideas y trabajando juntos para alcanzar objetivos comunes. La capacidad de colaborar con otros en espacios reales como una empresa o participando en proyectos cooperativos en el marco de un “learning by doing” o aprender trabajando.
-La capacidad para adaptarse a cambios, ser flexible, ser metacognitivo, ser innovador y creativo. Autodidacta. Motivación por aprender. Estas competencias se deben combinar en los diferentes espacios formativos. En relación con los posibles trabajadores, estos deben poseer flexibilidad y adaptabilidad en su forma de trabajo, disposición para aprender y no generar animadversión hacia el uso de la tecnología. Del mismo modo, deben fomentarse espacios físicos y formativos que fomenten la colaboración, cooperación y el intercambio de opiniones entre los trabajadores.
Y la pregunta sería, ¿cuáles serían las ventajas y beneficios de la implementación de la inteligencia artificial en el trabajo? Pues, a pesar de los posibles desafíos que presenta la adopción de estos sistemas, los principales beneficios que ofrece la incorporación de inteligencia artificial en el ámbito laboral son:
– Mayor creatividad de los trabajadores: Debido a que las tareas monótonas, aburridas y que no aportan valor serán reemplazadas por sistemas automáticos y autónomos, los empleados tendrán la posibilidad de dedicar su tiempo a la realización de una serie de trabajos más creativos, novedosos y disruptivos.
– Construcción de equipos de trabajo más fuertes: Frente a la aparición de estas tecnologías, el equipo de recursos humanos de las corporaciones deberá reconfigurar las estructuras tradicionales para integrar ambos sistemas.
– Superación de las limitaciones humanas: Gracias a la incorporación de la inteligencia artificial podrá permitir a los individuos realizar tareas para las que su capacidad física y/o mental sería insuficiente, mejorando los resultados desarrollados en dicha tarea y facilitando la superación de los límites establecidos por la propia evolución.
De esta forma, criticar a la inteligencia artificial por quitar empleo a las personas es absurdo, ya que, de hecho, llevamos años creando tecnólogos e inventores artificiales para realizar nuestras tareas. También es importante destacar que el sistema demandará nuevos puestos laborales gracias a la creación de otros.
Resumiendo. Lo primero que se debe resaltar sobre la futura forma de trabajar es que es evidente que ésta va a cambiar de una forma drástica. Los cambios que se producirán afectarán, para empezar, a muchas de las tareas y habilidades que hoy en día utilizamos.
Así, se tenderá a demandar y aplicar destrezas de carácter mucho más analítico o virtual; será también motivo de ser codiciados los conocimientos y habilidades de dominio de aquellas herramientas y tecnologías que sean utilizadas para la resolución de problemas o trabajo. Un segundo aspecto de gran importancia es la velocidad con la que dichos cambios se irán produciendo. Si los actuales desafíos son suficientemente importantes para cambiar muchas de las actuales actividades productivas en un periodo corto de tiempo, en cuanto surjan nuevas oportunidades, estos procesos adquirirán un gran dinamismo intrínseco.
Fundamentalmente, la gran velocidad en la que se realizarán los cambios que acarreará consigo la implantación de la IA se deberá a la mayor presión por ser más competitivo en la era global en la que nos encontramos.
El conjunto de presiones que se citan supone, a escala del individuo cliente, una necesidad de anticipación del mismo sobre las consecuencias que van a derivarse de la introducción del nuevo paradigma laboral. En cuanto a este aspecto, el cliente también debe ser consciente de los retos y desafíos que como individuo va a enfrentar. En ese sentido las empresas tienen la responsabilidad de ir capacitando tanto al personal como al cliente de los nuevos cambios.