Esta semana me gustaría hablarles sobre el “ego”, porque quizás ustedes al igual que yo, piensan que el ego es una emoción, un sentimiento, pero no. El ego es más bien una estructura de personalidad que puede influir en nuestras emociones y sentimientos. El ego es la parte de nuestra psique que se relaciona con nuestra autoimagen, sentido de identidad y la necesidad de ser reconocidos y validados.
Lo más común es que nos encontremos con personas que sólo hablan de sí mismos. Le ha pasado verdad?, y esa siempre ha sido una forma rápida y fácil de identificar el ego de una persona, pero hay otras señales que nos hacen ver que alguien se quiere mucho a sí mismo y demuestran poco respeto a los demás.
Según la psicología, explica Irene López Assor, el ego es una instancia psíquica mediante la cual una persona se reconoce como yo y empieza a ser consciente de su propia identidad. Esto significa que el ego es, en sí mismo, la “parte central de la conciencia humana” encargada de dar el sentido de sí mismo.
Cuando el ego se manifiesta de forma constante y persistente, se considera que está exhacerbado y traspasa la frontera de lo lógico y aceptable para vivir en convivencia con los demás. El ego y la soberbia antes eran considerados ‘pecados capitales’. Sin embargo hoy en día está bien visto y permitido ser un egoico, una narcisista, dice la experta. Irene es la autora del libro “10 obstáculos que te impiden ser feliz”.
La premisa de la que parte el ego no es mala, es propia de la naturaleza humana y su utilidad, es para protegernos del mundo; es decir, intentar también poner nuestros límites a medida que la sociedad, el entorno educativo y el cultural van poniendo sus normas. Es importante destacar que las buenas acciones que una persona realiza, en numerosas ocasiones son disfraces del ego. Se puede ser altruista y bondadoso, pero si realizamos una acción caritativa y la contamos enseguida, lo que en realidad se está buscando es un reconocimiento, es decir, alimentar al ego, asegura la psicóloga.
¿Pero de dónde nace el ego? Nos explica la psicóloga Irene López Assor que el desarrollo del ego comienza desde las primeras etapas de la infancia. Al parecer, cuando nacemos, las estructuras cerebrales se van desarrollando y el niño empieza a tomar conciencia de él mismo, de su propio cuerpo, sus propias sensaciones y ésto continúa a lo largo de todo el desarrollo. “El niño, al crecer, y empezar a tener contacto con los otros, va a ir poniendo sus limites”, nos explica. Por ejemplo, si el niño tiene tres años y el otro, que puede ser su padre o madre, le dice ‘esto no se hace’, ‘no digas esto’, etc., estos ‘no’ son necesarios para que el niño salga de su propia esfera y comience a integrar todas las normas aprendidas en casa y las integre al mundo exterior. De esa manera tienen un significado real y útil.
El niño comenzará a revelarse, aparecerán las rabietas y sus desafíos con los progenitores. Ese llanto es la expresión de ‘no me dejan ser lo que yo quiero ser o lo que yo quiero hacer. Tengo que ser lo que los otros quieran. La norma es necesaria y, le guste o no, el niño deberá de aprenderla. Sin embargo, si la norma es demasiado estricta, el yo se va debilitando, dando paso al deseo del otro antes que al propio deseo, comenta.
Hay diferentes tipos de ego y usualmente caemos en la trampa de nuestro ego, pero si aprendemos a identificar qué tipo de ego nos está atrapando en cada momento, podremos frenarle. Iván Durán Garlick identifica 10 tipos de ego, de acuerdo a sus investigaciones.
- Sabelotodo
Según explica Irene López Assor, este ego reside en las personas que creen que siempre tienen la razón, dan consejos todo el día y, lo peor de todo, contestan a todo aunque sean ignorantes del tema.
Recomiendo siempre observarnos, ver si tenemos una necesidad imperiosa para contestar siempre a cualquier pregunta u opinar en una conversación de manera que quedes siempre por encima de los demás, dice Irene López Assor. Si es así, debemos aprender a escuchar. Ser consciente que es imposible que sepamos todas las respuestas.
- Insaciable
El ego insaciable que quiere ser el centro de atención, siempre quiere ser el que está dominando la mesa en una reunión y no deja a los demás participar. Cuando se saca un tema saltan con frases del tipo: ‘Es que yo…’, ‘es que a mí…’, explica.
En ese caso, aprenderemos a estar más callados, dejar de mandar y dejar a los demás que expongan su vida o su realidad. “Ellos son también importantes, por lo que hay que escuchar y observar todo lo que hay a nuestro alrededor; nos proporciona todo aquello que realmente nos hace falta”, aconseja.
- Interruptor
Tal como dice la psicóloga, es el que necesita auto referenciarse e interrumpir permanentemente y, por lo tanto, los demás no terminan de hablar: El ego interruptor más molesto suele ser el que se da cuando se habla de enfermedades. Cuando alguien está relatando una enfermedad o una prueba médica y alguien salta: ‘yo también pase por eso’, ‘A mi tío le pasó lo mismo’ o ‘tengo a una amiga de un amigo que le paso’.
Este ego es muy dañino para la otra persona que está hablando de su enfermedad y si interrumpimos su relato se está haciendo mucho daño emocional porque nos posicionamos en el no respeto. Debemos dejar al otro que hable, el silencio amoroso y la empatía son los mejores aliados, no tu propia experiencia.
- Envidioso
Es el que no soporta los triunfos, ni el éxito y, por lo tanto, intenta cortar las alas. Cuando veamos que hemos conseguido algo y una persona nos dice: ‘pues yo también he hecho eso’, deberemos alejarnos ya que son personas que siempre van a cortar las alas, boicotear los sueños y los esfuerzos que tanto nos han costado, apunta Irene López Assor. Tendremos que ser más discretos y saber a quién podemos o no contarle nuestros logros o proyectos. Cuanta menos gente, mucho mejor.
- Prestigioso
Son las personas que necesitan ser aplaudidas y reconocidas por todo lo que hacen, incluso por cosas sencillas y del día a día. Necesitan la admiración como fuente de motivación. En palabras de Irene López Assor, “siempre quieren ser los mejores, son egos que tienen entre sus frases favoritas: ‘No, si ya lo sabía’, ‘ya te lo dije pero tú no escuchas’…». Cuando expresan ‘el ya te dije’ dejan implícito su poder frente al otro, su dominio y su manipulación.
El chantaje es parte de su juego del ego y debemos de recordar que todos tenemos nuestra propia identidad, si nos confundimos, no pasa nada, aprendemos y seguimos adelante.
- Jinete
Este ego jinete que va ahí cabalgando, saca los datos e información de los demás para su propio beneficio. “Es muy sibilino y si decimos algo importante o interesante, nos lo va a copiar. Es un usurpador por naturaleza”, cuenta la psicóloga. El ego jinete es el que predomina en todas las redes sociales: todos van copiando lo que está de moda para tener la mirada de los demás.
- Sordo
El ego sordo se da en las personas que nunca escuchan. Lo que más les gusta es hablar, hablar y hablar y, lo peor de todo, es que fingen estar escuchando… “Si nos fijamos, por ejemplo, en una reunión, estas personas asienten con la cabeza cuando hablan, pero enseguida, retoman para hablar sin dar feedback. Su objetivo es sólo hablar y no escuchar. Este tipo de ego va a lograr que nos enfademos mucho, por lo que deberemos aprender a reconocerlo cuanto antes ya que lleva consigo un elevado nivel de ansiedad para aquellos que rodean a este tipo de personas, ya que no pueden expresar sus ideas y tampoco son escuchadas, alerta.
- Manipulador
Es el que engaña, miente y justifica todo el tiempo para que las cosas resulten siempre a su favor. Se mueven a través de la mentira y justifican sin sentido. Una persona que está todo el día justificando es una persona que trata de ocultar su verdadera razón de ser todo el tiempo.
La manipulación esta a la orden del día, podemos caer en la trampa de un manipulador mucho más fácil de lo que nos imaginamos, por eso debemos de sentir quiénes somos realmente, saber poner nuestros límites por mucho que nos cueste decirlo y expresarlo; y, sobre todo, porque la tentación de un manipulador suele ser, como dice la palabra, ‘muy tentadora’, cuenta Irene López Assor.
- Orgulloso
Este ego se manifiesta en personas competitivas que no les gusta perder. Dice Irene López Assor que son soberbias. Del ego orgulloso sale la soberbia que es lo más alejado de la humildad, y por lo tanto, este tipo de ego es el que nos hace caer siempre en la misma piedra, repitiendo nuestros errores porque nuestra soberbia no nos deja aprender y asumir la equivocación porque daña a nuestro yo más interno, a nuestro ego orgulloso .
- Silencioso
Para Irene López Assor, es casi el más peligroso de todos. Las personas que sufren este ego parece que nos hacen caso y nos escuchan, pero suelen ser hipócritas y enjuiciadores.
Nos van criticando todo el día y juegan sucio a nuestras espaldas. Van de mejores amigos y en realidad son nuestro peor enemigo. Difíciles de identificar. Pero si observamos que nuestro amigo siempre habla mal de sus amigos, será una realidad que también hablará mal de nosotros.
En conclusión, enfóquese más en su desarrollo personal para que utilice el ego como un mecanismo de protección y no se convierta en una persona que nadie quiere tener cerca por sus inseguridades.