Cuando los líderes se enfrentan a momentos vulnerables o decisiones difíciles, los que tienen claro quiénes son y de qué están hechos, dependen de su “confianza fundamentada”. La confianza fundamentada es una confianza firmemente arraigada en unos valores sólidos, el conocimiento de uno mismo y la curiosidad -es lo que te permite como líder, enfrentar tu vulnerabilidad en lugar de huir y esconderte tras comportamientos defensivos. Es un componente crucial de cualquier cultura de trabajo saludable, pero no es algo que se tenga de forma inherente. Hay que desarrollarla de dos formas: practicando contínuamente los valores y la conciencia de uno mismo y abordando el trabajo con curiosidad.
El practicar contínuamente tus valores y la conciencia de ti mismo funciona integrándola a tu día a día hasta que actuar con integridad y evitar comportamientos defensivos se convierta en algo natural, incluso bajo presión o en momentos de miedo. Si eres capaz de confiar en ti mismo para hacer lo correcto siempre, podrás liberar tu mente para centrarte en los objetivos generales de tu organización.
Esta práctica contínua no significa que en los momentos de alta presión y vulnerabilidad vayan a ser fáciles. Pero sí significa que tendrás la confianza necesaria para entrar en esos momentos, sabiendo que tus valores bien practicados y la conciencia de ti mismo, te guiarán para actuar con integridad, evitar comportamientos defensivos y asegurarte de que sales del otro lado habiendo aprendido algo.
En el componente de la confianza fundamentada, acercarse al trabajo con curiosidad, te concede el valor de enfrentar la incertidumbre y el fracaso. En situaciones o decisiones en las que el resultado es incierto o es posible fracasar, es necesario dejar de lado la necesidad de control y sustituirla por la curiosidad.
La curiosidad es lo que te permite abordar el problema preguntándote qué podría pasar, en lugar de entrar en pánico, porque no puedes controlar el resultado. Abordar el trabajo con una actitud curiosa de “vamos a ver qué pasa”, crea valiosas oportunidades de aprendizaje, haces preguntas y te tomas el tiempo para examinar los problemas y las soluciones; en lugar de correr a buscar cualquier respuesta que encaje.
Un liderazgo valiente basado en una confianza fundamentada es especialmente importante en entornos empresariales e innovadores, en los que a menudo hay que sortear innumerables situaciones. Al mismo tiempo, su puesto puede exigirle que sea optimista, pero extremadamente cauto; que sea ambicioso, pero se preocupe por las cosas pequeñas, que practique la humanidad mientras toma decisiones difíciles, que practique la humildad y la audacia y que se esfuerce tanto por la velocidad, como por la calidad.
La confianza fundamentada te permite manejar la tensión de estas paradojas y enfrentarte a la vulnerabilidad de tomar decisiones difíciles y bajo presión. Con la confianza fundamentada te tomas tu tiempo para hacer preguntas y aprender todo lo que puedas, y luego confías en tus valores para tomar la mejor decisión posible, en lugar de apresurarte a buscar una respuesta y elegir la opción que te parezca más fácil.
Lo que debes tener muy claro es que la confianza fundamentada requiere que tengas valores sólidos, lo que hace que la segunda habilidad de “Atrévete a Liderar”: la valentía que transforma el liderazgo, basado en “Dare to Lead” de Brené Brown, sea especialmente importante.
Si no tienes unos valores claros que te guíen en situaciones vulnerables, es muy fácil tomar decisiones fuera de tu integridad. O dejas que las voces críticas tomen el control y tomes decisiones con las que no estás necesariamente de acuerdo, o evitas la vulnerabilidad haciendo lo más cómodo, en lugar de “lo correcto”.
En la próxima nota trabajaremos en el proceso de clarificar sus valores y asegurar que los pongas en práctica y luego explicaremos cómo llevar eficazmente ese proceso a su organización.